“Il giuoco delle parti” ( L. Pirandello)
Has ingresado en el callejón inacabable de la fragilidad de su psiquis, urdiendo a oscuras por donde te prohíben sus manos y tirando de sus vellos para captar su mirada.
Has vencido la negación, cayendo ante otra resistencia, mordido el anzuelo del temor que se exhibe temible y atractivamente.
Nada pudo pasar, pero ya está dentro de esa nueva cartografía, que calca la geografía de tus pasiones.
Mejor olvidar y nada más...
Volviste a encontrarle, descubrir su figura, su cálida sonrisa, siempre a media luz.
Has conocido el valor de la variable, pero es igual, X es indeterminable para Y. Tal como su aroma de nombre lúdico, que llegas a aspirar al azar de cada acercamiento.
Sabes: no has conocido al varón sentado a tu lado mirando al frente.
Ha encontrado a X por n veces, sin hallar la función en el plano cartesiano de sus vidas.
Ahora X está siempre presente, fortuitamente ahí, exige más y observará tus operaciones.
Que ironía presenta la casualidad, cuando dos saben que el producto de XY al cuadrado es nulo.
Continúa presentándose X , sin nombre, sin tiempo, sin intimidad. Ahora con seguridad que no la habrá.
Sonríe y tiembla.
Luces y acción, comienza a rodar otra película.
En la penumbra, desciende la escalera, ubica tu butaca, extiende tus piernas y mira atentamente. Cuando termine de girar toda la cinta, sal despacio, porque durante un buen periodo no encontrarás el valor de la variable X.
Has ingresado en el callejón inacabable de la fragilidad de su psiquis, urdiendo a oscuras por donde te prohíben sus manos y tirando de sus vellos para captar su mirada.
Has vencido la negación, cayendo ante otra resistencia, mordido el anzuelo del temor que se exhibe temible y atractivamente.
Nada pudo pasar, pero ya está dentro de esa nueva cartografía, que calca la geografía de tus pasiones.
Mejor olvidar y nada más...
Volviste a encontrarle, descubrir su figura, su cálida sonrisa, siempre a media luz.
Has conocido el valor de la variable, pero es igual, X es indeterminable para Y. Tal como su aroma de nombre lúdico, que llegas a aspirar al azar de cada acercamiento.
Sabes: no has conocido al varón sentado a tu lado mirando al frente.
Ha encontrado a X por n veces, sin hallar la función en el plano cartesiano de sus vidas.
Ahora X está siempre presente, fortuitamente ahí, exige más y observará tus operaciones.
Que ironía presenta la casualidad, cuando dos saben que el producto de XY al cuadrado es nulo.
Continúa presentándose X , sin nombre, sin tiempo, sin intimidad. Ahora con seguridad que no la habrá.
Sonríe y tiembla.
Luces y acción, comienza a rodar otra película.
En la penumbra, desciende la escalera, ubica tu butaca, extiende tus piernas y mira atentamente. Cuando termine de girar toda la cinta, sal despacio, porque durante un buen periodo no encontrarás el valor de la variable X.
1 comment:
Paul, ya pues, publica mi respuesta a Sueño X.
Pamela
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