
Desnudos a trancos transitan al centro del pueblo
y el perverso verdugo espera con risa impaciente
mientras brilla el frío acero de sus cuchillas
son tan falsas y ascéticas las escenas de justicia popular
dominada por los domadores de falacias
sus cabellos como la crin del corcel esclavo
no siente ya la libertad del aire
heridos desde sus plantas
con sangre que ha recorrido
frente surcado mejillas
y ha caído de golpe al pecho
sin uñas
ausente de salivas
a pesar del abundante trago amargo
resabios de bilis pública
Tremen sus piernas
rezagos de las mancuerdas
hombre de pecho y espalda lacerados
ve que bajo ha quedado el cadalso, sumamente inferior
alborozados pueblerinos adorarán a su tótem
aquel patíbulo surgido del infierno
abyectos llevan a cortar su filón recóndito de orgullo
no es pasado
sigue siendo el presente disfrazado.
y el perverso verdugo espera con risa impaciente
mientras brilla el frío acero de sus cuchillas
son tan falsas y ascéticas las escenas de justicia popular
dominada por los domadores de falacias
sus cabellos como la crin del corcel esclavo
no siente ya la libertad del aire
heridos desde sus plantas
con sangre que ha recorrido
frente surcado mejillas
y ha caído de golpe al pecho
sin uñas
ausente de salivas
a pesar del abundante trago amargo
resabios de bilis pública
Tremen sus piernas
rezagos de las mancuerdas
hombre de pecho y espalda lacerados
ve que bajo ha quedado el cadalso, sumamente inferior
alborozados pueblerinos adorarán a su tótem
aquel patíbulo surgido del infierno
abyectos llevan a cortar su filón recóndito de orgullo
no es pasado
sigue siendo el presente disfrazado.